Hubo alguna vez, lo que yo llamo, el apogeo del amor.
Surgió en mayo de hace algunos años atrás. Existió lo que llamé la perfección, pero olvide su calor y sus manos.
Existieron los meses de la serenidad, de la diversión de dejarse llevar el uno por el otro.
Estuvimos completos, pero sin amor. Nuestras risas podían oírse hasta el otro extremo de la ciudad, donde viven los vacíos. El período donde no hubo obstáculos para la perfección sin amor. ¿Acaso debo pensar que entonces, no es posible que existan ambas cosas al mismo tiempo y con la misma persona?
En un momento de la caminata donde íbamos ebrios y muertos de risa, quizás por el éxtasis, lo perdí algunos meses, no sé en qué parte de la ciudad nos habremos escondido el uno del otro, pero sin duda nos estábamos buscando. Me senté a esperar un poco cansada y quizás aún mas borracha que antes, y lo volví a encontrar y las flores se despertaron con la aparición del sol.
Fue largo nuestro trayecto pero una noche, el éxtasis nos abrumo, y su rostro se deformó. No quise más sus manos en mi piel, sólo veía un monstruo, de quien quería huir, el monstruo más dulce y bondadoso.
Comencé a caminar hacia atrás con pasos lentos, asustada, me siguió sin darse cuenta de mi desesperación, seguí caminando un poco más rápido, más y más veloz, corrí muy fuerte, él me seguía, yo no miraba hacia atrás, corría detrás de mí, hasta que cayó mal herido, yo no me volví siquiera a mirarlo, y seguí mi camino a toda velocidad, lo dejé atrás, en la penumbra, en el amanecer, en el dolor. Toda esa perfección se transformo en lo que luego llamé horror.
Dejé una vez más, plantado al amor en un jardín donde sabía que no podría volver, porque olvidé el camino de tan veloz que huí.
miércoles, 23 de mayo de 2012
Mayo esperanza
Foto: Robert Doisneau |
2010
La casa vieja
Foto: Barbie Murder |
Cuando mis maletas estaban a punto de despegar del suelo, sonó el timbre que ya no funcionaba hacia muchisimo tiempo, creía que ya no estaba allí, había olvidado que alguna vez hubo uno. Llamaron a mi puerta cuando a nadie esperaba, entonces la intriga fue más que la ilusión y abrí.
Él también llevaba maletas, pero para quedarse. Las sensasiones comenzaron a desparramarse por las habitaciones. Decidimos quedarnos aquí en nuestro sur. Inventamos cosas nuevas y practicas para reconstruir la casa, tuvimos que colocar nuevas vigas y columnas de madera para enderesar el techo caido, y artesanías para darle otro aspecto. Decidimos también, pintarla en el exterior de color azul. Es donde nos quedamos para siempre, la casa que no es quizá muy parecida a otras, donde vive una familia, con un perro y un jardin delantero. Es donde vive alguien que creyó que todo estaba muerto, convirtiendo de nuevo en fuego las cenizas, reencontrando los placeres, viviendo el momento.
2010
El silencio amigo
Verano de aceite
Banksy |
Me dejaste un verano vacío. Todo diciembre en penumbras, un enero de tristezas y febrero en el abismo absoluto, sin palabras ni alegrías.
Sólo consigo dormir si te imagino abrazándome.
Un verano vacío de besos y caricias. Dónde estás? Si, te extraño. Extraño tu coraza y tus silencios. Pienso si me extrañarías... al menos un poco, si te acordarás de mi. Si tendrás ganas de hablarme, como yo muero por hacerlo.
Tu mirada... jugar con vos, reír con vos... llorar con vos.
Tus tristezas, tu mente retorcida.
Todo el vacío me dejo un verano de puro hielo.
Dónde estás?
Martes 21 de febrero
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